Los expertos en legislación laboral, en seguridad y, llegado el caso, un juez, determinarán si Francisco V. A., el último muerto en el tajo en Jaén, falleció el lunes por una fatalidad o por causas ajenas a él. Ocurra lo que ocurra, lo cierto es que es el tercer jornalero muerto desde que comenzó la campaña oleícola.Recoger la aceituna es, además de una obligación, una tradición en la provincia. Se trata, en ocasiones, hasta un acto social, familiar, en el que los padres van con sus hijos a sus olivas para obtener la producción anual de una pequeña finca. Pero esta campaña, a tenor de los datos, esta milenaria ocupación, se torna más peligrosa. Tres personas, tres jornaleros, han muerto en el tajo. Comisiones Obreras y UGT se echan las manos a la cabeza, indignados por esta cifra, que eleva el cómputo global de trabajadores fallecidos desde que comenzó el año en Jaén a diez. La última de estas víctimas se llamaba Francisco V. A., tenía 20 años, y era de Espeluy. En el pueblo, con menos de ochocientos vecinos, están conmocionados por su fallecimiento, ocurrido el lunes, sobre las tres de la tarde. Por el luto, hasta hoy, no se encenderán las luces de Navidad.
El fatal accidente sucedió sobre las tres de la tarde del día 19, en “El Pilar”, una tierra de labor a medio camino de Villanueva de la Reina y Espeluy. Después del suceso, UGT emitió un comunicado en el que, además de lamentar la muerte, lanzaba una hipótesis sobre lo sucedido. Francisco V. A., miembro de una cuadrilla de aceituneros, según esta organización, intentó reparar una máquina vibradora, una de esas que se colocan en la parte delantera de un tractor. Supuestamente, al intentar apretar unos tornillos, el mecanismo, básicamente una pinza de grandes dimensiones, se cerró, con lo que aprisionó al joven por el abdomen, y lo zarandeó. Así es como cree UGT que ocurrió. Comisiones Obreras, que también envió técnicos al lugar de los hechos para investigar qué había pasado, apunta, también desde el principio, a que podría deberse a “un nuevo episodio de ausencia de medidas básicas de prevención de riesgos”. Esta organización, de hecho, va más lejos y ve, en los accidentes en este sector, donde no eran habituales, una política de “ahorro de costes” del empresario, una actitud, dicen, que lleva a “una relajación, cada vez mayor, en el establecimiento de las medidas de prevención”. Es más, consideran que muchos de los siniestros, sean graves o no, se dan a pesar de tratarse de situaciones ya conocidas, evaluadas e, incluso, para las que ya existen protocolos de prevención establecidos.
Aparte de la investigación sindical, la Junta y la Inspección de Trabajo también elaboran informes sobre esta tragedia en el campo. Será la labor de estos peritos la que, de forma oficial, determine qué ocurrió exactamente para que Francisco V. A. falleciera mientras se ganaba la vida en la recogida de la aceituna. Las tres víctimas mortales en el sector agrícola jiennense son jóvenes, ni el espeluseño, ni las otras dos víctimas, una en Alcalá y otra en Baeza, llegaban a los treinta.
El fatal accidente sucedió sobre las tres de la tarde del día 19, en “El Pilar”, una tierra de labor a medio camino de Villanueva de la Reina y Espeluy. Después del suceso, UGT emitió un comunicado en el que, además de lamentar la muerte, lanzaba una hipótesis sobre lo sucedido. Francisco V. A., miembro de una cuadrilla de aceituneros, según esta organización, intentó reparar una máquina vibradora, una de esas que se colocan en la parte delantera de un tractor. Supuestamente, al intentar apretar unos tornillos, el mecanismo, básicamente una pinza de grandes dimensiones, se cerró, con lo que aprisionó al joven por el abdomen, y lo zarandeó. Así es como cree UGT que ocurrió. Comisiones Obreras, que también envió técnicos al lugar de los hechos para investigar qué había pasado, apunta, también desde el principio, a que podría deberse a “un nuevo episodio de ausencia de medidas básicas de prevención de riesgos”. Esta organización, de hecho, va más lejos y ve, en los accidentes en este sector, donde no eran habituales, una política de “ahorro de costes” del empresario, una actitud, dicen, que lleva a “una relajación, cada vez mayor, en el establecimiento de las medidas de prevención”. Es más, consideran que muchos de los siniestros, sean graves o no, se dan a pesar de tratarse de situaciones ya conocidas, evaluadas e, incluso, para las que ya existen protocolos de prevención establecidos.
Aparte de la investigación sindical, la Junta y la Inspección de Trabajo también elaboran informes sobre esta tragedia en el campo. Será la labor de estos peritos la que, de forma oficial, determine qué ocurrió exactamente para que Francisco V. A. falleciera mientras se ganaba la vida en la recogida de la aceituna. Las tres víctimas mortales en el sector agrícola jiennense son jóvenes, ni el espeluseño, ni las otras dos víctimas, una en Alcalá y otra en Baeza, llegaban a los treinta.
Fuente: DiarioJaén
Felipe no es URRS sino URSS.
ResponderEliminarSí, he metido la gamba. De todas maneras, la foto la cambio hoy o mañana, a más tardar. Gracias.
ResponderEliminar